Este jabón tiene un aroma espectacular. Con un par de simples pasadas con la barba húmeda forma una espuma espesa y pesada y el olor te envuelve. Lo malo es que si insistes mucho en el masaje esas primeras notas se pierden enseguida y de fondo queda el típico olor del jabón de marsella. El resultado después del aclarado es genial: la barba queda fresca, limpia y suave, pero sin ese toque cremoso que dejan los acondicionadores, cosa que me encanta. Sí que es algo caro, pero creo que lo compensa con el hecho de estar fabricado con productos orgánicos y su alta duración.
Jabón para limpiar y cuidar la barba así como la piel que se esconde tras esta, la combinación de aceite de oliva, karité y menta harán del cuidado diario un ritual inolvidable