Todo caballero que se precie debe llevar esta herramienta multifunción en su cartera, un peine del tamaño de una tarjeta de crédito que siempre irá contigo, listo para ser usado en las situaciones más inverosímiles, desde apretar ese tornillo suelto de tu jet privado con su destornillador, cortar el cable de los frenos de tu mayor enemigo con su zona afilada, abrir ese botellín de cerveza bien fresquito en plena orilla de las Islas Caimán... y por supuesto, poner en su sitio el tupé más rebelde.